Lo que los jefes callamos…

Criticar al jefe es fácil. A menudo lo tildamos de malvado, tacaño o explotador. Pero, ¿te has detenido a pensar que tu jefe también tiene un jefe? Y que el jefe de tu jefe, probablemente, también tenga otro jefe más arriba. Entonces, ¿quién es el “malo” en esta cadena? ¿Todos? ¿Nadie? ¿Será que ser “malo” es parte de la descripción del puesto? ¡Claro que no!

Después de trabajar con miles de líderes, desde supervisores junior hasta CEOs que lideran equipos de más de 35,000 personas, he descubierto algo crucial: todos los líderes tienen buenas intenciones, pero enfrentan desafíos que no siempre comparten. Cuando les hablo de salario emocional, la respuesta suele ser: “Necesitas hablar con mi jefe.”

Por eso, quiero compartirte 8 cosas que los jefes sienten, pero que rara vez dicen. Algunas de estas, si no se gestionan bien, pueden hacer que un jefe sea percibido como “malvado”, aunque no lo sea.


1. “Yo también tengo un jefe que a veces me frustra”

Al igual que tú, yo también enfrento limitaciones. No siempre puedo darte el aumento, la promoción o las oportunidades que mereces porque esas decisiones no dependen únicamente de mí. Cuando mis esfuerzos por apoyarte no prosperan, me frustra y, lamentablemente, termino pareciendo el “malo”.


2. “Ayúdame a ayudarte: si traes problemas, trae soluciones”

Es válido no saber qué hacer, pero cuando solo me presentas problemas sin opciones, se suma a mi estrés. Intenta traer posibles soluciones junto con los problemas; esto mejora nuestra relación y ayuda a construir un ambiente más colaborativo.


3. “Quejarte de un compañero por cuestiones personales no es profesional”

Muchos conflictos laborales son problemas de comunicación o malentendidos personales. Antes de traerme una queja, pregúntate: “¿Ya hablé con esa persona directamente?” La mayoría de las veces, la respuesta es no. Resolver estos problemas por tu cuenta muestra madurez y profesionalismo.


4. “Delegar da miedo, mi trabajo está en juego”

Delegar responsabilidades no es sencillo. Como líder, soy responsable ante mi jefe por los resultados del área. Si me das retroalimentación constante y demuestras que puedo confiar en ti, será más fácil delegar y apoyarte en proyectos importantes.


5. “Cuando haces lo que dices, eres mi héroe”

La confiabilidad es invaluable. Si cumples con tus compromisos o me comunicas a tiempo cuando no puedes hacerlo, eso me permite cumplir con los míos. Ser honesto y claro fortalece nuestra relación laboral.


6. “A veces tu inteligencia me intimida”

Tu talento, experiencia o habilidades pueden intimidarme. Es una reacción humana, pero procuro manejarla. Inclúyeme en tus logros y celebremos juntos tus éxitos para que el miedo no se convierta en competencia innecesaria.


7. “A veces no veo tus logros, solo tus errores”

No siempre tengo el tiempo para observar tus logros. Ayúdame a ver lo positivo: comparte tus éxitos, los comentarios de clientes satisfechos o tus avances en proyectos. Esto nos prepara para enfrentar juntos los desafíos cuando las cosas no salgan bien.


8. “Tal vez este no sea el lugar para tu crecimiento”

En ocasiones, sé que las oportunidades que buscas no están disponibles aquí. Aunque no puedo decirlo abiertamente, es importante que evalúes si es momento de buscar en otro lugar. Difícil, pero necesario.


Transformar la perspectiva del jefe: Una oportunidad para crecer

En el Emotional Paycheck Institute of Canada, entendemos que los líderes enfrentan retos únicos. No “satanizamos” a los jefes; sabemos que son personas con buenas intenciones que, muchas veces, han sido absorbidas por una cultura laboral enfocada exclusivamente en resultados. Esto puede mejorar con programas de salario emocional, diseñados para equilibrar el bienestar y el desempeño.

La Certificación de Embajadores del Salario Emocional es una herramienta clave para transformar esta dinámica. Te capacita para implementar estrategias que mejoren la comunicación, la motivación y el clima laboral, beneficiando tanto a líderes como a colaboradores.


Reflexión Final

Este artículo no busca justificar las acciones de los jefes, sino invitar a una comprensión más profunda de las realidades que enfrentan. Si eres líder, coach o tienes personal a tu cargo, seguro te identificaste con algunas de estas situaciones. ¿Agregarías algo a esta lista?

Recuerda, el cambio empieza desde dentro. Si quieres saber más sobre cómo la Certificación de Embajadores del Salario Emocional puede ayudarte a construir una cultura de bienestar en tu organización, contáctame hoy mismo.

Jaime Leal

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